La clase trabajadora, los colectivos sociales más desfavorecidos y precarizados, desde hace años, venimos sufriendo la degradación y recortes en los derechos laborales, sociales, medioambientales, que han provocado precariedad, paro, miseria, injusticia, desahucios, explotación, falta de expectativas, miedo, sumisión, angustia, resignación, desigualdad…
En estos meses, asistimos al incremento de un nuevo ataque contra los servicios públicos. Los servicios públicos de calidad y universales son un derecho que garantiza la satisfacción de las necesidades básicas que tenemos como personas, representan una sociedad de derechos, por lo que la lucha en defensa de lo público es la lucha por la igualdad y la justicia social.
Por tanto, exigimos el servicio público de la sanidad, la educación, el transporte, las comunicaciones, el correo postal, la energía, el agua, la vivienda, la cultura, los servicios sociales, el salario social, el medio ambiente, las pensiones, los cuidados, la limpieza… En definitiva, exigimos y luchamos por vivir con dignidad, en una nueva sociedad con derechos y libertades, igualitaria, solidaria, que sabe autogestionarse y repartir su riqueza y el trabajo con criterios de justicia social.
El gobierno, la banca, la patronal, han decidido privatizar los servicios públicos para que sólo los usen quienes tienen dinero, vender las empresas públicas, destruir empleo, reducir los salarios, abaratar los despidos, reducir las pensiones, recortar los servicios sociales y laborales, para que con lo que nos roban, tener dinero y poder pagar la deuda y la crisis que ellos mismos han provocado. La privatización de lo público es un ataque directo a los derechos colectivos, un ataque a la justicia social al permitir convertir en negocio la satisfacción de las necesidades básicas del ser humano. No lo podemos permitir. Es imprescindible defender lo público y no confundir gestión pública con gestión estatal. Cuando la gestión es pública se tiende a la autogestión social, a la organización y planificación colectiva de esos servicios. Son nuestros servicios públicos, se financian con nuestro dinero y debemos autogestionarlos de forma colectiva.
La defensa de nuestros derechos, de lo público, de nuestra dignidad, debemos hacerla en la calle, en las plazas, allí dónde las personas nos encontramos y vivimos. Por ello, animamos a las personas en paro, a las trabajadoras, estudiantes, pensionistas, jóvenes, precarias… a participar en esta movilización. Sol@s y separad@s no podemos. El ataque a lo público y los recortes sociales nos afectan a todas y todos.