Ninguna de las políticas de ajuste y austeridad que se están llevando a cabo en Europa han conseguido mejorar la situación económica, pero ha dejado a más de treinta millones de ciudadanos en el paro y ha sumido en la pobreza a quinientos millones de personas.
Las últimas decisiones adoptadas por organismos mundiales(FMI, Bancos centrales) que afectan a Europa, son auténticos golpes de estado antidemocráticos. El pacto del euro limita la independencia del poder de nuestros gobiernos y consecuentemente la soberanía del pueblo. Los países que pongan en riesgo el déficit serán castigados con multas. Los estados se verán obligados a reducir el gasto en pensiones y consecuentemente a ampliar la edad para la jubilación. Para alcanzar el déficit exigido será también necesario reducir en gastos y servicios públicos. Por si esto fuera poco, nos abocará a una nueva y regresiva reforma laboral.
El derrocamiento de jefes de gobierno en países como Grecia o Italia, suponen aniquilar lo expresado por los ciudadanos en las urnas, colocando al frente del gobierno técnicos cuya única preocupación son las grandes cifras económicas, sin preocuparse de las “miserias” que padecemos los ciudadanos.