Aquí no cambia nada, parece que la dirección de
esta empresa es inmune a todo y poco le importamos las personas que con nuestro
trabajo y esfuerzo les damos opulentos beneficios.
Les da igual todo: que hagamos nuestro trabajo
sin formación, que suframos estrés, ansiedad, que no tengamos los medios
suficientes para desempeñar nuestro trabajo. Aquí lo que reina es el látigo,
las amenazas, los gritos, las humillaciones, esta es la empresa reina del trabajo
basura.
Nunca las cosas fueron tan mal como ahora.
Nunca tan poco les importamos las trabajadoras y trabajadores. No respetan
nada, ni nuestros derechos, ni nuestra salud.
Paulatinamente vamos cayendo enfermos y
enfermas, cada día nos quitan algo y siguen queriendo más, su codicia parece no
tener fin.
Mientras no paren de explotarnos, seguiremos
parando:
EL 30 DE SEPTIEMBRE VOLVEMOS A LUCHAR